A mediados de febrero acabó este ciclo durante el que nuestros cerdos ibéricos aprovechan al máximo cada bellota que cae de las encinas centenarias mientras campean en libertad por Dehesa Almariego.

La montanera llega su fin cuando disminuye mucho la cantidad de bellotas disponibles para las piaras ibéricas a pie de encina. En ese momento los animales en lugar de reponer peso devorando con pasión los frutos caídos al suelo, empiezan a perderlo pues consumen más energía buscando las bellotas que la que consiguen comiéndolas.

Este año hemos tenido una Montanera extraordinaria. Desde octubre, las bellotas han ido madurando progresivamente y cayendo en función del clima de nuestra zona: despacio y no todas a la vez. Esto ha sido esencial para la alimentación de nuestros Cerdos Ibéricos, ya que han recorrido libremente muchos kilómetros de nuestra Dehesa cada día durante un largo periodo de tiempo. Eso hará que la infiltración de sus grasas sea excelente y la calidad de la carne aún más.

 

 

En Dehesa Almariego, siguiendo la tradición, aún quedan algunos Cerdos Ibéricos que siguen disfrutando de los pastos y esas pocas últimas bellotas que se han «salvado» de la montanera. Serán animales de cebo de campo ibérico (el antiguo recebo) una calidad también muy apreciada y con altos estándares de bienestar animal. Pero eso será otra historia….