Bellotas y jamón de bellota.

La bellota, un alimento singular

Ahora que empiezan a llegar a nuestras instalaciones los productos de bellota Ibéricos fruto de esta montanera, queremos compartir con vosotros las razones por las que los cerdos ibéricos alimentados con bellotas durante más de tres meses nos ofrecen un resultado tan especial. Cada uno consume unos 8 kg de bellotas y 2 o 3 kg de hierba al día durante la montanera. Y cada kg de bellotas les ofrece aproximadamente: 62 gramos de proteína, 240 gramos de grasa -por 0 de colesterol-, 400 gramos de carbohidratos y vitaminas importantes como la B-9, A, B-3 o minerales como Calcio, Potasio, Fósforo o Magnesio.

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Grasas Cardiosaludables

Es precisamente en las grasas propias de la bellota donde radica su primer secreto. Son el 75% grasas insaturadas, entre las que destaca un 50% o más de ácido oleico. Por eso, después de más de tres meses comiéndolas en gran cantidad, acompañadas de hierbas que le ofrecen complementos tan importantes como la Vitamina E, sus bondades se trasladan a los animales. El cerdo ibérico, por su genética única, tras el consumo de las bellotas alcanza en sus grasas valores muy elevados de esas mismas grasas insaturadas, consideradas cardiosaludables. En especial destaca un 56% de ácido oleico (el mismo del aceite de oliva).

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Sabor único

Pero… ¿Solo son más sanos? ¿De dónde proviene ese sabor tan especial de los productos de bellota ibéricos?

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En general, durante la montanera, las carnes del cerdo ibérico adquieren abundante notas de sabor y aroma que provienen de los alimentos que consumen mientras campean. Aromas y sabores que se acentúan durante su curación.

Particularmente se percibe un punto de dulzor y aspereza en el paladar fruto de las bellotas, al que se suman notas de frutos secos, tierra y afrutadas. Además de ellos, se perciben multitud de otros matices y aromas que provienen de las hierbas y raíces de su alimentación natural. Por eso, los aromas de los jamones, paletas y lomos de bellota ibéricos nos remiten al origen, a la dehesa dónde los cerdos ibéricos campeaban. Y cada dehesa es única. Porque la flora bajo las encinas varía de una dehesa a otra, de las solanas a las zonas más sombrías, de una colina a la de enfrente.

Y en Dehesa Almariego ¿Cuáles son esos matices únicos? Para descubrirlo… nada mejor que probarlos😉

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